Cuando pienso en “resistencia al cambio” no puedo evitar pensar en tecnología y el cambio generacional que implica.

Hoy en día todo pareciera moverse muy rápido y cada día te enteras de alguna creación tecnológica nueva de la cual no pareces poder seguir el ritmo.

Me preguntan mucho si en mi trabajo la gente tiene mucha resistencia al cambio, debo decir, que yo no lo siento así, es natural para el ser humano, quedarse en la familiar “zona de confort”, tener miedos, o pereza a lo nuevo.

Sin embargo, considero que cuando una persona busca apoyo por su propia cuenta, no existe resistencia alguna que impida que avance, podrá haber ciertos detalles, situaciones que se presenten, enfrentamientos personales en su interior que puedan causar una pausa o reconsideración, pero yo no lo considero resistencia al cambio, considero parte del proceso de transformación el pausar y reconocerse, verse de una forma para saber que no somos quienes debemos ser y de pronto enfrentar la voz del pasado con la voz real interna, adaptarse y seguir adelante.

Nos encontramos en constante cambio, de manera consciente o no, somos parte y creadores del cambio, si sientes que despiertas y se te fue la vida, no estás co-creando, sólo estás dejando que la vida te pase, pero aún así estás creando una vida, pensamientos y sentimiento basados en esa sensación de tiempo que se va.

Ahora si eres consciente del momento presente, de cómo te sientes hoy, de qué quieres y cómo consigues eso que quieres, fluyes con el ritmo de los días, co-creas tu vida.

Te invito a que descubras el sentir de cada día, pequeñas acciones bastan:

• Medita
• Muévete
• Respira
• Aliméntate sanamente
• Anota tus pendientes y cúmplelos al día
• Agradece

Estas son simple acciones que no parecen tener mucha fuerza, pero a nivel de programa mental y emocional hacen la gran diferencia.

 

Realízalos y cuéntame cómo te va.

 

Si quieres conocer más formas para vivir en el presente te invito a que veas mi “Programa Aprendiendo a Meditar, Principios Básicos” aquí.

 

Enviándote luz,

Elizabeth